domingo, 25 de noviembre de 2012

13. La bondad


LA BONDAD
reescrito por
MARÍA MORALES



          Cuenta una leyenda china que un día, cuando el viejo sabio Jin trabajaba en su laboratorio, mezclando pócimas y fórmulas, saltó todo por los aires a causa de una tremenda explosión. De su laboratorio solo quedaron algunas paredes en ruinas, mientras el viejo profesor salió propulsado de la ventana de la Universidad hacia el patio trasero, desapareciendo totalmente de la faz de la tierra.

          Sus discípulos y compañeros sintieron mucho su muerte, ya que comprendían que lo que habían perdido en realidad era el alma de la Universidad.

          El espíritu del viejo sabio descendió a los infiernos para informarse de si era ese el lugar que le iba a corresponder habitar y descubrió un sitio tenebroso, hostil y sucio, oscuro y rocoso, con olor a muerte, un ambiente en el que nadie desearía pasar el resto de su vida espiritual. Sus habitantes eran violadores, gente de mal vivir, asesinos y ladrones. Observando estas almas malignas comprendió que él no debía quedarse allí. El mismo demonio le informó de que aquella no iba a ser su definitiva morada y, nada más escuchar sus palabras, fue expulsado del infierno, siendo trasladado a los cielos.

          En el cielo se dio cuenta de que aquello era espectacular, diametralmente opuesto a lo que se había encontrado en el infierno, todo blanco y azul, con gente bien vestida y de buen aspecto preocupadas por el prójimo. Jin percibió el amor que se profesaban los unos a los otros y comprendió que allí estaría bien.




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